Consejo de la Nación Charrúa
– CONACHA
Uruguay
El pasado 26 de setiembre fueron
brutalmente agredidos en Iguala, Estado de Guerrero, México, un grupo de estudiantes
normalistas. Dicha agresión fue provocada por la policía en cooperación con
grupos paramilitares vinculados al narcotráfico. Después de una balacera que
dejó el saldo de 6 personas muertas se procedió al secuestro de 43 jóvenes, los
cuales siguen desaparecidos hasta la fecha de hoy. Es el crimen de lesa
humanidad más grande desde la
Masacre de Acteal de 1997, en donde un grupo paramilitar, usando
una metodología similar a la de Ayotzinapa, masacró a 45 indígenas tzotziles
vinculados al zapatismo en Chiapas. Estas son las masacres más grandes en la
historia de México desde la
Masacre de Tlatelolco en 1968, donde 400 estudiantes fueron
asesinados por las fuerzas armadas. Los estudiantes desaparecidos son de la Escuela Normal
Rural de Ayotzinapa, y son indígenas. También desde hace años se viene
hostigando a las Escuelas Normales Rurales, quitándoles presupuesto y
amenazando a los líderes de su gremio estudiantil, la FECSM.
México es el cuarto país con más
población indígena del Abya Yala y su población originaria es la que tiene más
carencias educativas en el país: 1/4 de la población indígena de México es
analfabeta. Y los jóvenes asesinados provienen de esas comunidades y sus
objetivos son alfabetizarlas y concientizarlas. Es por eso que luchar por las
Normales Rurales y por Ayotzinapa es luchar por el derecho al Buen Vivir de los
Pueblos y comunidades indígenas.
Es que desde la instauración de
la famosa “Guerra contra el Narco” en 2006, las poblaciones indígenas y los
movimientos estudiantiles han sido las principales víctimas tanto de las
represalias de los narcotraficantes como de las represiones policiales.
Desgraciadamente la Masacre
de Ayotzinapa es el pico de violencia más alto de una creciente escalada de
violencia que vive dicho país. Recordemos que días antes de lo sucedido en
Guerrero, en el Estado de Sonora se venía reprimiendo a las comunidades
indígenas yaqui y procesado a su líder, Marío Luna, todo por defender el
derecho a la consulta previa de las comunidades indígenas en caso de megaproyectos
a instalarse en sus territorios. Desde el 2006 a la fecha hay 150.000
personas asesinadas y 30.000 desaparecidas en México producto de la violencia
producida tanto por el Estado como por los Cárteles de Drogas. México es un
ejemplo de que más represión no soluciona en nada los problemas de violencia de
un país.
Nosotros como pueblo originario
del Uruguay nos sentimos tremendamente involucrados por la situación que viven
los hermanos mexicanos y muy especialmente sus pueblos originarios. Las
violaciones tan repudiables y alevosas de los derechos humanos de los pueblos
indígenas del continente merecen solidaridad y justicia. Además la desaparición
forzada de personas nos involucra mucho a nosotros los charrúas, ya que esa fue
la práctica utilizada por el ejército nacional comandado por Fructuoso Rivera
contra nuestros abuelos en el siglo XIX, y la misma práctica que empleó la última
Dictadura Militar (1973-1985) contra los movimientos sociales. Es por eso que
su dolor es nuestro dolor.
Por nuestro compromiso responsable
con los pueblos en resistencia en México convocamos a las organizaciones
sociales y populares del Uruguay a manifestarse en solidaridad con nuestros
hermanos de Ayotzinapa. Los pueblos del mundo tienen que ser un solo latir
contra la violencia en México.
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