El domingo 2 de junio a las 15 horas, me dirigí al Consulado de la República Oriental del Uruguay en Bilbao, para encontrarme con el Presidente Mujica, quien tenía en su agenda - en ocasión de su visita oficial al País Vasco - encontrarse con los uruguayos residentes en esta ciudad.
Mi objetivo era entregarle en manos propias un informe con la situación de los Pueblos Indígenas en el Uruguay, incluyendo nuestro petitorio de que Uruguay ratifique el Convenio 169 de la OIT a la brevedad.
Cuando llegué Mujica la sala donde se encontraba el Presidente, estaba llena de gente y Mujica empezaba con su discurso en un tono informal y afable. Entonces fue que vi al Canciller de la República, Luis Almagro, que estaba tomando mate en una sala contigua. Al verme desde lejos, me saludó y aproveché la ocasión para dirigirme a él y plantearle el motivo de mi presencia en dicho lugar.
Le comuniqué de nuestro petitorio y el recorrido que el CONACHA había tenido con éste desde el 2005 a la fecha. El Canciller me dijo que él pensaba que este tema ya estaba consensuado en las esferas del gobierno, y que Uruguay tiene la obligación de ratificarlo.
En ese momento Mujica termina su oratoria y la gente lo empieza a entregarle regalos y a hacerle algunos reclamos propios en su calidad de residentes. El canciller entonces me alentó a que me dirigiera a Mujica en ese momento y fue que con cámara en mano me hice camino entre la gente hasta llegar a él.
Mujica me recibió dándome un apretón de manos, con una cálida sonrisa. Le planteé entonces nuestro petitorio y él me escuchó muy atentamente. Me contestó que ese tema lo hablara con el Canciller allí mismo.
Me dirigí entonces hacia el Canciller nuevamente, me dijo que ya había ordenado que pusieran su firma y que ahora sólo faltaría la firma del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, para que entrara a Presidencia. Me preguntó cuándo regresaba a Uruguay y se comprometió a que antes de fines de julio, el Convenio 169 de la OIT, entraría al Parlamento para ser debatido.
Me retiré con esa promesa en mis oídos, con esperanzas de que esta vez sí exista verdaderamente la voluntad política de este gobierno para ratificarlo.