El 5 de setiembre fue instaurado como
Día Internacional de la
Mujer Indígena en homenaje a Bartolina Sisa, guerrera aymara
que lideró la lucha contra la dominación y la opresión de los españoles y que
fue brutalmente asesinada por las
fuerzas realistas españolas el 5 de setiembre de 1782 en la Paz , Bolivia. Bartolina
constituye hoy un símbolo de liderazgo, valentía y resistencia de la mujer
indígena.
Es
así que en esta fecha recordamos a todas nuestras heroínas indígenas, muchas de
las cuales quedaron en el anonimato, ya
que la historia oficial la escribieron hombres criollos o europeos.
En
nuestra tierra también hubo mujeres guerreras que resistieron de distintas
formas la opresión de la conquista y el colonialismo.
1574: Liropeya Iyarí, joven de gran
belleza y enamorada de Yanduballo. Era parte de la tribu del cacique Tabobá y
de la Confederación
de Zapicán. Durante la expedición de conquista y sometimiento de los
Adelantados Ortiz de Zarate y Garay en los montes de la desembocadura del
Uruguay en el Plata y en el Paraná, ella tendrá que huir por los montes. El
Capitán español Carballo al encontrarla tratara de abusar de ella, Yanduballo
se enfrentara al conquistador para defenderla. En el combate Yanduballo es
derrotado y asesinado. Para no ser esclava de los españoles Liropeya se suicidara
con una espada que le arrebato a Carballo.
1702: En la Batalla del Yi, 1000
charrúas, bojanes y yaros se enfrentaron
a las tropas de españoles y guaraníes. En esta cruenta batalla las mujeres
charrúas pelearon junto con los hombres,
utilizando arcos y flechas para defenderse de los atacantes.
1787: La Cacica charrúa Ana
Noelisie, otra de nuestras heroínas, supo liderar a su comunidad en las épocas
de las persecuciones del Cuerpo de Blandengues contra los charrúas, y con su
sabiduría supo mantener la unión de su grupo en momentos difíciles.
1806: María Micaela Guyunusa fue una
charrúa nacida en Paysandú. De niña, junto a sus padres, fue parte de la Redota. Sobreviviente
del genocidio de Salsipuedes, fue una de los cuatro charrúas que fueron
llevados a Francia y que fueron
exhibidos en un zoológico humano junta a Vaimaca Perú, Senaqué y Tacuabé.
Morirá de tuberculosis en 1833, después de tener a su hijita Tacuabé en las pésimas condiciones donde la tenían.
Caroline fallece ocho meses después.
1815: Melchora Cuenca, india guaraní
nacida en Paraguay. Su padre era carretero y proveía de alimentos al ejército
artiguista. Es durante uno de estos viajes en 1815 que conoce a José Artigas.
Se enamora profundamente de él y tendrán dos hijos, Santiago y María. También
lidero un grupo de lanceras que peleaban en los ejércitos revolucionarios, su
lucha fue decisiva en la derrota de los porteños. Se estableció con su estancia
en la zona del Queguay y después de la derrota de Artigas y su exilio en el
Paraguay ella será vigilada y controlada por los portugueses. Fructuoso Rivera
le arrebatara a su hijo Santiago y lo criará a su imagen, volviéndolo un
militar despótico, solo podrá quedarse con su hija María. Murió por un
accidente domestico en 1870.
1831: Después de la Masacre de Salsipuedes, en
los campos de una estancia cercana al lugar de la masacre, se encontró a una
niña de unos 10 años. El dueño de la estancia al encontrarla en una pradera
llena de flores y donde soplaba mucho el viento la llamó “Floreana Aires”.
Floreana crecerá en la zona y será de las mujeres que legaron la memoria de su
cultura a las futuras generaciones. Vivirá como 80 años y será una referente
para la región del Tiatucurá.
1841: La llamada “China de Arias”,
fue una sobreviviente del genocidio de Salsipuedes, que fue hecha prisionera y una de las tantas que fueron
repartidas en las estancias. En este caso fue vendida al estanciero Arias. No
sabemos su nombre. Después fue vendida como esclava y comprada por el
estanciero Arias. El naturalista Teodoro Vilardebó la entrevista en 1841 y esta
veterana le trasmitirá los vocablos que sabemos de la lengua charrúa. Gracias a
ella hoy sabemos algo de la lengua charrúa y de las costumbres antiguas
charrúas.
1862: Luisa Tiraparé, cacica guerrera
guaraní, después de la muerte de su esposo durante la Guerra Grande , asume
el liderazgo de su comunidad. Utilizará tanto las armas como la legislación
para que se respeten las tierras comunitarias de su pueblo. Desgraciadamente la
ambición de políticos y hacendados harán que se desconozcan la legislación a
favor de los Pueblos de Indios y se masacrará a los guaraníes. Ella muere
luchando, con las armas en las manos.
2007: Élida Rosa Albariño, nacida en
Villaguay, Entre Ríos, República Argentina, en 1944. En el año 1991 comienza su
labor de reagrupar a la comunidad charrúa que se encontraba dispersa y en
proceso de pérdida cultural. A través del arte, trabajos históricos y
manifestaciones culturales va difundiendo la riqueza cultural del pueblo charrúa
en la Provincia
de Entre Ríos. Lidera el movimiento charrúa en la Argentina y es gestora
de los avances legales que han tenido en el vecino país. En 2002 lleva al grupo
Basquadé a Villaguay y en el 2004 cruza
hacia el Uruguay y empieza a trabajar en conjunto con las comunidades charrúas
de nuestro país. En el 2005 funda junto con tres mujeres charrúas de Uruguay y
de Argentina la Unión
de Mujeres del Pueblo Charrúa (UMPCHA),
primera organización transforteriza del pueblo charrúa. En 2007 fallecerá debido
a una enfermedad, legándonos la reorganización de nuestro Pueblo Nación
Charrúa.
Las mujeres indígenas hemos sido
parte de la resistencia ininterrumpida de nuestros pueblos por más de 500 años.
Ya sea empuñando las armas, trasmitiendo los saberes de nuestras culturas o no
acatando las imposiciones de este sistema machista y colonialista. Es por eso
que las mujeres indígenas tenemos derechos especiales tanto como indígenas y
como mujeres. La realidad propia de nuestra cultura indígena así como los problemas
específicos que afrontamos deben ser tenidos en cuenta. A esto hay que
agregarle la situación de violencia y dominación que afrontamos todas las
mujeres. Solo la fortaleza como mujeres dentro de nuestra cultura originaria
nos garantizara la liberación.
Es por eso que en nuestro movimiento
charrúa hemos sido las mujeres muchas veces las que hemos liderado,
fortaleciendo a todo el grupo desde nuestros saberes ancestrales y hemos sido
clave en la recuperación de nuestra cultura, porque hemos sido las guardianas
de nuestra memoria ancestral, que hemos sabido trasmitir generación tras
generación, y hemos sido también las guardianas de nuestros lugares sagrados.